Descripcion amena de la Republica argentina ...: Viaje al pais de los araucanos

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Pasajes populares

Página 183 - ... los museos y laboratorios. La Barbarie está maldita y no quedarán en el desierto ni los despojos de sus muertos.
Página 102 - Opino que tenemos el deber de morir en Carahué ; pero si el « Gobierno resuelve ordenar la retirada, desde luego declaro que no « volveré á Buenos Aires, y VE puede nombrar el gefe que ha « de tener la triste gloria de regresar al frente de la division.
Página 160 - L'alba vinceva l'ora mattutina Che fuggia innanzi, si che di lontano Conobbi il tremolar della marina. Noi andavam per lo solingo piano Com' uom che torna alla perduta strada, Che infìno ad essa gli par ire in vano.
Página 131 - ... labrada con guarniciones de charol. La carona es indispensable, porque suaviza el asiento de los bastos sobre las caballerías. Solamente una carona de cuero es necesaria ; pero el lujo exige dos : una de piel de vaca con pelo, para conservar limpia la de suela, labrada y guarnecida, que queda así aislada de las bajeras y del sudor del animal.
Página 381 - ... armado siempre y siempre en ordenanza, la pluma ora en la mano, ora la lanza.
Página 383 - ... atrevidos, duros en el trabajo, y sufridores de fríos mortales, hambres y calores. No ha habido rey jamás que sujetase esta soberbia gente libertada, ni extranjera nación que se jactase de haber dado en sus términos pisada; ni comarcana tierra que se osase mover en contra y levantar espada: siempre fué exenta, indómita, temida, de leyes libre y de cerviz erguida.
Página 380 - La vitoria tenemos en las manos, Y pasos en la tierra mil seguros, De ciénagas, lagunas y pantanos, Espesos montes ásperos y duros...
Página 101 - ¡Camaradas de la división del Sur!". "¡No tenemos yerba, no tenemos tabaco, no tenemos pan, "ni ropa, ni recursos, en fin, estamos en la última miseria; ''pero tenemos deberes que cumtplir!".
Página 380 - Á más correr salí en su seguimiento, Pensando , aunque volaba , de alcanzallo : Mas el viejo, dejando atrás el viento, Me fué forzoso á mi pesar dejallo , Perdiéndole de vista en un instante Sin poderle seguir más adelante.
Página 381 - Pisada en esta tierra no han pisado que no haya por mis pies sido medida; golpe ni cuchillada no se ha dado, que no diga de quién es la herida; de las pocas que di estoy disculpado, pues tanto por mirar embebecida truje la mente en esto y ocupada, que se olvidaba el brazo de la espada.

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