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cuales murieron 80 adultos y 490 párvulos, que son por todos 570. Segun esta cuenta habian de haber quedado vivos 1055; y no siendo mas que 945, es visto que los 110 que faltan, llevados de su mutabilidad, se fueron á vivir en otros lugares. La presencia, robustez, traje, armas, vicios y costumbres de los indios de esta mision, son como las de las antecedentes, y con ellas se conforman los PP. conversores en la nominacion de los oficios concejiles, escuelas, enseñanza, y demas distribuciones espirituales y temporales.

Aunque los indios y PP. misioneros han sido siempre pobres y faltos de auxilios, sin embargo con lo sobrante de los sínodos anuales ó limosna que les ha dado el Gobierno para sus alimentos, y con las propias industrias, han procurado mejorar y adelantar las temporalidades de aquel pueblo. Como las obras, que se hicieron en el principio, eran como interinas, de poca subsistencia y de mucha incomodidad, los PP. conversores, con solos sus indios (á quienes ellos mismos enseñaban los oficios mecánicos), despues de algunos años, hicieron la iglesia y casa de su habitacion nuevas, espaciosas, capaces y de buenos materiales; pusieron el pueblo en buen órden, dejando en medio una plaza magnífica y cuadrada, é hicieron en ella las escuelas para los muchachos y muchachas, las cuales están muy bien ordenadas.

À favor de la mision se siembran las chacras de maiz, arroz y legumbres; y porque los frios suelen ser allí mas fuertes, no se planta caña dulce. Las repetidas obras que se hicieron, las varias plagas que hubo, la horrible hambre que se padeció, y la escasez de pastos y territorio proporcionado para el ganado, han sido la causa de que este no se haya aumentado. Sin embargo, en el dia tiene 135 cabezas de ganado vacuno, de caballar 9, de mular 7, de ovejuno y cabrío 58. Nunca falta la carne fresca para los enfermos; y cuando no se ha podido matar de la estancia, se mató del ganado ovejuno que se tiene en el pueblo, ó de las gallinas que se crian en casa.

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Mision de Mazavi.

Aun antes de ocuparse en la fundacion de la mision de Zaypurú, el fervoroso hermano Fr. Francisco del Pilar iba solicitando con todo empeño la reduccion y conversion de los indios de Mazavi, que está á distancia de seis leguas de aquella mision hácia el N., y en los 19° 24' de lat., y en los 316° de long. Se halla este pueblo en medio de unos cerros al pié de la cordillera, en partes bastante elevada: su temperatura es ardiente, seca y sana: no tiene mas agua que la que sale de un manantial bastante escaso, distante media legua del pueblo tiene el terreno varias rinconadas, donde la mision y los particulares siembran maiz, y lo demas que en las antecedentes, menos caña dulce por falta de humedad y en sus inmediaciones tiene mucho monte, pero las maderas buenas son pocas. Por la falta de agua son muy limitadas las tierras para estancias de ganado mayor; y no lo fueran, si los españoles, que se hallan en las inmediaciones, no las ocupasen.

Para reducir á la fe á los indios de este pueblo, costó no poco trabajo; porque la semilla diabólica, que habia sembrado en aquel lugar el Dios fingido (de quien hablámos arriba, tratando de la mision de Abapó) echó muy profundas raizes, y era muy dificil arrancarla de unos corazones tan supersticiosos. Así como entonces procuraban los misioneros persuadir á los Abapeños, que no creyesen en aquel Dios adventicio, porque era un engañador; del mismo modo el capitan Caburey de Mazavi persuadia á los suyos, que no creyesen al hermano Fr. Francisco del Pilar, porque era un embaucador. Huid, les decia, cuando iba á su pueblo, huid todos, ó echad á ese gran brujo embaucador, porque os ha de engañar con sus embustes. Sin embargo de estos dicterios, no desistió este religioso de su empeño. Él repetia las visitas y las instancias, para que se hiciesen cristianos; y pudo tanto su caridad, su paciencia y su per

severancia, que al cabo les persuadió que admitiesen mision en su pueblo.

En efecto, á principios del año de 1787 el mismo capitan Caburey con su hermano llamado Anderesi y otros indios de aquel pueblo, acompañados del mismo apostólico hermano Pilar, fueron á la cercana mision de Tacurú, y suplicaron á sus Padres conversores Fr. Francisco Mendiola y Fr. Francisco Ricart se dignasen fundarles mision en Mazavi, porque ya habian resuelto hacerse cristianos. Se les concedió prontamente lo que pedian, y habidas las licencias necesarias de la R. Audiencia y Gobierno del distrito, sin pérdida de tiempo fué el dicho Fr. Francisco del Pilar á Mazavi, y puso manos á la obra, la que empezó en el dia 4 de Agosto, sin contradiccion alguna; y en el dia 3 de Octubre del mismo año ya tuvo concluida la capilla y casa para los PP. conversores.

Mientras estos iban de este Colegio á trabajar en los dos nuevos pueblos de Zaypurú y Mazavi, partió dicho Fr. Francisco á la ciudad de la Plata para proveerse de los ornamentos y demas cosas que necesitaba. Consiguiólo todo de la piedad de los fieles: vino con ellos, y los repartió á los respectivos PP. misioneros, que ya habian llegado con inmensos trabajos; y al que vino destinado para Mazavi le entregó una imágen de talla de San Rafael arcángel, encargándole que al bendecir la capilla, lo nombrase de patron y titular, por ser esta la voluntad del señor prebendado que la dió. Todo se cumplió el dia 24 de Junio de 1788, en que su primer P. conversor Fr. Mateo García bendijo la capilla, le dió por patron y titular á S. Rafael arcángel, y cantó con mucha solemnidad la primera misa con asistencia de otros PP. misioneros, de cuatro ó cinco capitanes del pueblo con su gente, y de casi todos los moradores del pueblo inmediato de Igmirí, con universal regocijo de todos.

Puesto este P. misionero en este pueblo, pobre y destituido de todos los auxilios, no tuvo que pensar sino en buscar arbitrios como poder adelantarlo en lo espiritual y tem

poral. El número de almas que halló eran pocas; pero al mes cabal de haber dicho allí la primera misa, ya tuvo á toda aquella multitud, que se escapó de la mision de la Florida donde habian puesto su domicilio, para vivir y ser educados en los rudimentos cristianos en el lugar de su nacimiento (pág. 168). Ellos estaban gustosos, asistian al catequismo, vivian sujetos á las órdenes del P. conversor; y este hallaba todo su consuelo en aquellos pobres neófitos y catecúmenos. Solo le afligia la miseria en que se hallaba; pero, esta jamas ha desanimado á nuestros misioneros, porque ellos han sabido estar hambrientos, para que sus indios comieran, y han vivido casi desnudos, para vestir su altar y proveerlo de ornamentos y alhajas, hasta tenerlo con toda decencia. Así lo practicaron todos los que han dirigido y administrado esta mision, y con esto han hecho los posibles adelantamientos.

Ocho años sufrieron la incomodidad de una casa y capilla, que por haberse fabricado muy de prisa, continuamente amenazaban ruina: no tenian socorro alguno, pero tuvieron industria, y con ella emprendieron la fábrica de una nueva capilla, casa y escuelas, que concluyeron en el año de 1795; y despues se renovaron con mayor firmeza y perfeccion, ayudando los indios y las indias con mucho gusto. La iglesia, que tiene bastante ámbito, está bien aseada y proveida de los ornamentos y vasos sagrados de plata, suficientemente; la casa es muy capaz, y tiene los cuartos y oficinas necesarias dentro de un patio espacioso; y una y otra forman uno de los cuatro lienzos de aquella gran plaza, que da el ser á todo el pueblo. En otro lienzo se fabricaron las escuelas para la instruccion de los muchachos y muchachas, cuya asistencia y aprovechamiento en doctrina, música y canto, y en lo demas que allí se les enseña, se asemejan á las de las cuatro misiones de la otra banda del rio Guapáy. Ninguna de estas obras es de adobe, escepto la pequeña torre de las campanas; pero todas están firmes y con buena proporcion.

Desde la fundacion de esta mision hasta ahora, recibieron el santo bautismo 1862, de los cuales murieron 954; es á saber, 165 adultos y 786 párvulos. Debian haber quedado 908, pero ha sido mucho mayor la ganancia por las ordinarias mudanzas de los indios. En el dia consta este pueblo de 1721 almas en esta forma. Los cristianos de nueve años para arriba son 944, y los párvulos hasta los nueve años son 576, que juntos componen el número de 1520; los gentiles adultos son 194, y los párvulos hasta nueve años son 7. Los matrimonios segun la santa Iglesia son 304.

Estos indios son de igual presencia y robustez, que los de Abapó: su vestido es el natural de su nacion, escepto algunos pocos que visten á lo español: y sus armas, habili dades, vicios y costumbres son las mismas que las de los pueblos antecedentes; y en la misma conformidad que aquellos, son gobernados en lo espiritual y político.

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