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adelantarán un paso en la religion; y será mucho de temer, que vuelvan á sus antiguos usos y modales gentílicos, sin acordarse mas del cristianismo. Los PP. conversores se dedican diariamente á la enseñanza de la doctrina cristiana; están siempre prontos para administrarles los santos sacramentos; celan la paz y tranquilidad del pueblo; procuran evitar los escándalos públicos; visitan y socorren á los enfermos; auxilian á los moribundos; exhortan á los bárbaros que se bautizen; persuaden á todos á que trabajen, y se abstengan de la embriaguez y de los demas vicios: pero de que aprovechará todo esto, si ellos no oyen, ni asisten, ni permanecen en la mision? Desde luego á tales indios les aprovechará poco ó nada: pero los PP. conversores ganarán mucho, si saben llevar estos trabajos y molestias con la debida paciencia y resignacion á la voluntad de Dios.

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En el dia tiene esta mision 221 almas; es á saber, de cristianos adultos de nueve años para arriba 58, y de párvulos cristianos hasta nueve años 12: de gentiles adultos mayores de nueve años 124 y de párvulos hasta nueve años 27. No hay matrimonio alguno por la Iglesia. Este es todo el estado antiguo y moderno de esta mision de Centa; y ojalá se dignase el señor obispo de Salta tomarla á su cargo v agregarla á la Nueva-Oran.

XII.

Fundacion de las misiones de Tacurú é Igmirí; y lo que se que se trabajó en ellas.

OLVAMOS á la Cordillera de los indios Chiriguanos, donde dejámos al apostólico Fr. Francisco del Pilar trabajando en la conversion de los infieles, que vivian en esta parte del rio Guapáy, en los pueblos de Mazavi, Igmirí, Tacurú y otros, como se insinuó en el § X (pág. 168). La empresa, en que se metió, era dificultosa por las muchas contradicciones, que le hacian algunos indios de perversas intenciones: pero Dios lo sacó bien de todo, y bendijo sus grandes trabajos.

El primero que se ofreció á recibir mision en su pueblo, fué el capitan Tembero de Igmirí (ó Iheemíri, segun su orígen y uso antiguo): y con esto, fiado en su palabra, pasó el mencionado Fr. Francisco á la ciudad de la Plata, y solicitó de la R. Audiencia la licencia necesaria y socorros para fundar mision en dicho pueblo. Se le concedió la facultad, y la R. Junta subalterna lo socorrió con alguna plata de temporalidades; y habiendo hecho buena provision de ropas y otros efectos para empezar su obra, llegó con ellos al pueblo de Tacurú, inmediato al de Igmirí, á

mediados de Julio de 1786. Aquí se le trastornaron todas las ideas; porque el dicho capitan Tembero, seducido del malvado capitan Guaricaya, indio Chanes de Iti (del cual hicimos memoria en el § IV), no solo le faltó á la palabra, sino que resolviò irse tierra adentro y pegar fuego á las casas y maizes de los de su parcialidad, para que no le precisasen á cumplir lo que habia prometido; y así lo cumplió en el Setiembre inmediato. ¡Que desconsuelo para este religioso! Pero Dios, que consuela á los humildes y no deja burlados á los que esperan en él, prontamente le deparó otra fundacion, que lo habia de llenar de gozo.

Observó el capitan principal de Tacurú, llamado Güirapadiya, la afliccion en que se hallaba Fr. Francisco del Pilar, y de repente lo convidó que se quedase en su pueblo, y allí fundase mision para él y todos sus habitantes. Admitió la oferta muy gustoso, y sin pérdida de tiempo empezó á trabajar en Tacurú la capilla y casa habitacion de los PP. conversores; y aquí se enfureció el infierno para estorbar esta obra, que lo habia de despojar de la posesion que tenia de aquellas almas infelices. Levanta la voz el capitan Chaque, y se opone á aquella fundacion; se le resiste el capitan Güirapadiya; se pone en movimiento el pueblo; se arman los soldados de ambos capitanes con arco y flechas para entrar en pelea; y al tiempo que iban á romper la lid, se puso de por medio dicho Fr. Francisco, exhortándolos con espíritu apostòlico á que dejasen las armas y se pusiesen en paz; y fué tanta su eficacia, que al instante se aplacaron, y sin contradiccion alguna pudo proseguir su obra y entablar la mision. Habiendo, pues, concluido la capilla y casa, fué el P. Fr. Francisco Mendiola, que se hallaba en el Pirai; bendijo la capilla, dándole por titular el Patrocinio de San José, cuya imágen colocó en el altar1;

1 En 1853 habiéndose construido una nueva iglesia, quedó dedicada á Nra. Sra. la Purísima. La primitiva Cruz erigida por nuestros misioneros hasta hoy existe en medio del cementerio.

y celebró la primera misa con regocijo de todo el pueblo el dia 21 de Setiembre de 1786, haciéndose desde entonces cargo de aquella mision así en lo espiritual, como en lo temporal y político.

Esta mision del Patrocinio de S. José de Tacurù se halla situada en los 19° 28' de lat., y en los 316° 2' de long.; dista 19 leguas de la de Abapó hácia el Sud; está en una cañada abierta; tiene poca agua, y esta bastante salitrosa1 la cual corre por una quebrada cerca del pueblo; pero á distancia de media legua hay un manantial de agua buena. Por todas partes está rodeada de bosques; y en estos hay muchos tigres y fieras, víboras y otras sabandijas, como en las demas misiones de todo el continente. Su temperamento es ardiente, seco y sano: la tierra fértil, y produce buen algodon, maiz, alubias y otras legumbres, y varias hortalizas. La capilla está muy aseada, y tiene los suficientes ornamentos y vasos sagrados: y el pueblo, aunque pequeño, está bien ordenado, así en la colocacion de las casas, como en las escuelas, oficios concejiles y lo demas que se observa en las otras misiones. Los indios son de buena condicion.

En su principio apenas tenia 204 almas, todas de la nacion chiriguana y gentiles, menos ochenta y tres párvulos, que habia bautizado el hermano Fr. Francisco, antes que allí hubiese sacerdote. À los dos años de su fundacion ya eran sus habitantes 320, y de ellos habia cien bautizados: al año siguiente de 1789 ya contaba 340 individuos, y el número de cristianos era mas crecido. Así iba cada año en aumento: pero en él de 1791 todo se desgració; porque habiéndose suspendido las aguas, se empezó á padecer la seca y hambre general, y de mas á mas les entraron las viruelas; y con estos motivos se fueron muchos á otras partes, otros murieron y el pueblo quedó con muy

Por este motivo los indigenas dan á este pueblo el nombre de Theeguasu.

poca gente. Duró esta calamidad dos años, y en él de 1793 volvió á reunirse la que andaba dispersa, y se juntaron en el pueblo 311 personas; y desde entonces se fué multiplicando y perfeccionando así en lo temporal, como en lo espiritual: de modo que en el año de 1800 ya tenia 438 almas, de las cuales solamente 62 adultas eran bárbaras. Al presente es su número total de 715, es á saber; de cristianos adultos 249, de párvulos 430, de gentiles adultos 30 y de párvulos 6. Los matrimonios segun el órden de la santa Iglesia son 95. Desde el principio de su fundacion hasta ahora, se bautizaron en este pueblo 1233, de los cuales murieron 500; esto es, 180 adultos y 320 párvulos.

Mision de Igmiri.

À dos leguas cortas de Tacurù hácia el N., en los 19° 26' de lat., y en los 316° de long., está el pueblo de Igmirí, donde el mencionado misionero Fr. Francisco del Pilar, quiso primero fundar mision, por la promesa que le habia hecho el capitan Tembero: mas, como este perverso indio hubiese pegado fuego á los ranchos y píroas ó graneros de maiz de los de su parcialidad, y se hubiesen huido todos tierra adentro por no ser cristianos, perdia dicho religioso las esperanzas de conseguir sus deseos. Él veia que en aquel pueblo no habian quedado sino seis casas vacías junto á la plaza, y que solo habia doce ranchos con gente, á medio cuarto de legua. Por otra parte le faltaban los auxilios para esta empresa, porque ya los habia consumido casi todos en la fundacion de la mision de Tacurú. Sin embargo, movido del celo de la fe y confiando en la divina providencia, luego que se estrenó la capilla del Patrocinio de S. José de Tacurú, se partió para Igmirí, púsose á construir capilla y casa para la habitacion de los PP. conversores, concluyó estas obras con mucha paz, y luego Dios fué llamando á los que habian de formalizar á aquel pueblo. Muchos de los indios que se habian huido con su capitan Tembero,

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