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X.

Fundacion de la mision de nuestra Señora del Pilar de la Florida, y lo que se trabajó en su conservacion y adelantamiento.

ARA no separarnos de aquella banda del rio Guapáy, y concluir con las misiones existentes en aquel territorio, hemos querido anticipar y preferir la narracion de la mision de Nra. Sra. del Pilar de la Florida á la de otras mas antiguas en su fundacion; bien que los indios que actualmente la habitan, profesaron primero la religion, como lo declararemos en este párrafo.

El sitio en que está fundada esta mision, se llamaba Cáugua, ó como dicen otros Curigua, ó Caáigua, tomando la denominacion de una laguna, en que se cria enea, que aquí llaman totora. Se halla en los 18° 42' de lat., y en los 316° de long., á dos leguas cortas del Pirai hácia el E., en una llanura agradable y floreciente, y tiene no muy lejos un rio y buenos bañados, y el mismo clima y tierras que el Pirai. En este lugar se plantó la mision, que intitularon de Nra. Sra. de la Florida, y se pobló primeramente de indios bárbaros chiriguanos, que vinieron de los pueblos de Mazavi, Igmirí y Tacurù sitos en la otra banda del rio

Guapáy hácia el S., á distancia de diez y seis leguas de este; los cuales se habian refugiado en las misiones del Pirai, Cabezas y Abapó, donde tenian muchos parientes de consanguinidad y afinidad.

El motivo que tuvieron estos indios para salir de sus tierras, fué el hambre y guerra, que padecieron en el año de 1779; y reconociendo que todo aquello les habia sucedido por castigo del Dios grande (á quien no dejan de conocer) por no haber querido hacerse cristianos, resolvieron pasarse á dichas misiones con el ánimo de vivir en ellas. Esta era su voluntad; pero no se sabe el fin que tendria el cabo del piquete que se hallaba en Abapó, para estorbarles esta su determinacion, y pretender llevarlos à Santa Cruz de la Sierra con el especioso pretesto de formarles allí un pueblo cerca de la ciudad. Los indios, imaginándose que los queria meter en una esclavitud, se resistian á su pretension; mas con toda esta resistencia, él se llevó á seis leguas de aquella ciudad á los sesenta y tres indios primeros que habian salido de sus propios hogares. No pudo el R. P. ex-comisario y presidente de aquellas misiones Fr. Manuel Gil sufrir aquella forzada y violenta trasportacion; y para impedirla recurrió al señor regente-presidente de la R. Audiencia de la Plata, D. Gerónimo Manuel de Ruedas, el cual espidió providencia fecha en 11 de Enero de 1781, en que mandó, que se escribiese carta al señor gobernador de la provincia de Santa Cruz, á fin de que espidiese las correspondientes providencias, para que no se impidiese la libre eleccion de dichos indios chiriguanos conducidos, en la incorporacion de las misiones reducidas, y lo dejase todo á la prudente y caritativa disposicion de aquellos PP. misioneros. Con esta providencia ejecutada, regresaron aquellos indios y se incorporaron en la mision del Pirai; y los que fueron viniendo se repartieron entre Cabezas y Abapó, donde estuvieron un año entero; llegando el número de almas agregadas hasta á 500.

Pero temiendo los PP. conversores, que entre estos

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indios y los de dichas misiones se levantase algun ruidoso alboroto, por la memoria que hacian de la guerra que estos les hicieron en el año de 1779 (pág. 141), hicieron otro recurso al mencionado regente-presidente de Charcas, y obtuvieron licencia para fundarles un pueblo á parte, donde viviesen solos; y este es él que se fundó en el mencionado sitio de Cáugua con el nombre de Florida por la amenidad de aquel lugar. Corrió con este inmenso trabajo el religioso misionero Fr. Francisco del Pilar, que se hallaba en la ciudad de la Plata sirviendo á los PP. misioneros, que á la sazon hacian mision en aquella ciudad; y para el efecto se le mandó pasar luego á practicar dicha fundacion, lo que obedeció puntualmente.

Se dió principio á esta mision el dia 12 de Noviembre de 1781, sin mas auxilios que el estipendio de 160 pesos por ochenta misas, que dió el Ilmo. Sor. D. Francisco Ramon de Herboso y Figueroa ya arzobispo de la Plata, y la limosna libre de 200 pesos, que dió el señor canónigo Dr. D. Manuel García: y se concluyó en 24 de Noviembre de 1782, en que se celebró la primera misa. Y para darle el último complemento, los señores de la R. Junta de aplicaciones en su auto de 24 de Diciembre de 1782 libraron primeramente mil pesos de las temporalidades, los 500 con el cargo de 250 misas: y despues por auto de 6 de Diciembre de 1783 mandaron se entregasen 2500; los 400 para el sustento de los dos PP. conversores; los 2000 para la compra de 300 vacas y 100 novillos, semillas y herramientas de trabajo silvestre; y los 100 pesos restantes para la paga del trasporte de estos auxilios y de los varios ornamentos que mandaron entregar, con la obligacion de celebrar cincuenta misas por razon de estos cien pesos. Con estos socorros se pusieron en la estancia 370 cabezas de ganado vacuno, 12 mulas, 10 caballos y 20 potros: y se fué formalizando el pueblo, de modo que en el mes de Agosto de 1783 ya tenia ochenta casas, en las que habitaban noventa familias, que componian el número de 488 almas, de las

cuales ya se habian bautizado ciento cuarenta y siete párvulos, y los adultos se iban instruyendo y catequizando con mucho aprovechamiento.

Pero como la mutabilidad é inconstancia de esta nacion le son tan naturales como el color, aunque siempre mantuvieron los propósitos de hacerse cristianos, pero no la voluntad de perseverar en aquel pais. Sucedió pues, que el hermano y misionero Fr. Francisco del Pilar, siempre deseoso de que se propagase la fe católica en aquella nacion chiriguana, resolviò pasar á los pueblos de Mazavi, Igmirí y Tacurú, y fundar allí misiones á los que habian permanecido en aquellos lugares, para que no perecieran en su infidelidad. Ya tenia fundada la del Patrocinio de San José de Tacurú, y aquí empezó la tribulacion. Algunas familias de las que se hallaban domiciliadas en la Florida, se volvian á sus antiguos hogares, supuesto que allí tendrian tambien PP. misioneros, que los instruirian en la ley de Jesucristo. Tal es el atractivo de la propia patria. Para evitar estas salidas, y obligar á dichos indios á que se mantuviesen en la Florida, hubo quien se empeñase en impedir aquellas nuevas fundaciones. Pero este era un desatino, que llegando á los oidos de la R. Audiencia de la Plata, tiró luego á impedirlo con una R. Provision de 28 de Febrero de 1787, en la cual dió la mano á Fr. Francisco del Pilar, para que siguiese las gloriosas y plausibles empresas, que para el adelantamiento de dichas misiones tenia entre manos, y en adelante tendria para el logro de todos. sus santos designios.

Esto proveyó aquel sabio tribunal; pero no dió medio alguno para que la mision de la Florida no se despoblara; y por esto, viendo aquellos indios, que ya habia mision en Tacurú, en Igmirí y en Zaypurú, y que ya se habia celebrado la primera misa en Mazavi, de repente y sin dar aviso á los PP. conversores, el dia 24 de Julio de 1788 dejaron todos la mision de la Florida, y se fueron á aquellos sus pueblos, sin quedar mas persona que el sacristan.

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