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de Efpañoles, y no otros; porque tal es la intencion del Fundador. La renta del Arzobispo fube à diez mil pefos, y la de los Obifpos à proporcion. Ambos Estados, Eclefiaftico, y Secular, fon mantenidos à expenfas de fu Mageftad Catholica, que cada año embia de Mexico con que proveer à efte gafto. El govierno Politico està arreglado con mucha prudencia por las Ordenanzas Reales. Hay una Audiencia, compuesta de Oìdores, de un Fifcal, y de un Prefidente, que al mifmo tiempo es Governador de Manila, y Capitan General de todas las Islas. Efte primer Oficial fe renueva cada cinco años; y en caso de morir, toma el primer Confejero fu lugar, hafta que lo provea el Rey de Efpaña. Dependen los Oficiales fubalternos de esta Audiencia, y principalmente del Governador, que de dos en dos años embia à cada Provincia un Juez Efpañol, con autoridad de juzgar, fin apelacion, los pleytos de los Indios, fuera de las caufas capitales, cuyo conocimiento eftà refervado à la Audiencia residente en Manila. Vifita el Juez todos los años los Lugares de fu Jurifdiccion; pero nada puede inovar, ni decidir, fino con el parecer, y confentimiento del Cura. Paffados dos años, dipura la Audiencia otro Juez para oìr las quexas de los Indios, fi tienen que dar algunas contra el Juez que pre

cediò.

Los Padres Gabrièl Gruson, y Pedro Cruidolfi,que fe dedicaron al mismo tiempo que yo à la conversion de los Indios, trabajan con mucho confuelo, fruto en fus Mifsiones: el primero en el Reyno de Mindanao; y el fegundo en la Isla de Seipan, una de las Marianas. Recibì, pocos dias hà, Carta de este

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ultimo, en que me dà parte de algunos fuceffos, que no feràn defagradables à V. R. Havia emprendido edificar una Iglefia, que pudiesse resistir à los furiofos uracanės, que fe experimentan cada año en eftas Islas, y derriban casi todos los edificios. Bufcaba para effo cierta cfpecie de madera; pero ò por los Indios, à quienes hablò en efte affunto, pereza, ò por el temor que tienen à ciertos Nigromanticos, que viven en los Bofques, y en la Lengua del Pais fon llamados Macanda, refpondieron constantemente, que tal arbol no havia en la Isla. Havia el Padre perdido toda efperanza, quando la vifpera de la Affumpcion, un niño, que empezaba à tartamudear, fe prefentò à èl, y dixo: Padre: y no pudiendo decir otra cofa, con la mano le feñalò un parage de la Isla, pronunciando muchas veces el nombre del arbol, que tenia el Padre en fu pens famiento. Al instante marchò el Padre àzia el parage feñalado con algunos domesticos , y muchos Neophytos: hallò el arbol que buscaba, y en poco tiempo fabricò una buena Iglesia.

Tenia este Missionero un domeftico de veinte años de edad, que le fervia con mucho cuidado. Un Macanda puso por obra todos los fecretos de fu arte diabolica para hacerle perecer. En efec to el mozo cayò de repente en tal debilidad, que hacia dudar de fu vida. El Padre, penfando que fu enfermedad era natural, le aplicò defde luego los remedios ordinarios; pero cada dia se aumentaba el mal con fymptomas extraordinarias, acompañadas de horribles vifiones, que atormentandole de noche, le reduxeron à la ultima extremidad. Afligido el Missionero por la pèrdida de un cria-, Tom.XIV

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do tan fiel, recurriò à los remedios fobrenaturăles, y le aplicò una Reliquia de San Ignacio. Sintiò alivio el enfermo, y poco despues se hallò perfectamente bueno. El dia mifmo, que fe puso bueno se viò defde por la mañana un hombre colgado de un arbol cercano à la Iglefia. Vinieron muchos Indios à dàr avifo al Missionero, y le dixeron, que aquel miferable era el mas famofo Macanda de toda la Isla : que havia jurado la ruina del mozo, y que à este efecto havia empleado toda fu ciencia Magica; pero que viendo inutiles fus esfuerzos, les havia dicho el dia antes, que defefperado de no poder lograr fu intento, fe veria forzado à quitarse à sì mifmo la vida. El Padre, haviendo hecho una exortacion pathetica à los afsiftentes, les dixo: Decid à todos los Macandas, que conoceis, que pueden reunir todas fus fuerzas refpara hacerme mal, y que no los temo. Padre, pondieron ellos, mucho tiempo hà, que procuran dàr la muerte à los Mifsioneros, con el fin de exterminar el Christianifmo; pero muchas veces han fido prccifados à confeffar fu ningun poder, y flaqueza.

Un Domingo, que paffaba el Padre Cruidolfi lo largo de la Ribera del Mar, para vifitar à un enfermo, encontrò con algunos Indios, que trabajaban en hacer Barcos. Les preguntò,fi no tenian otros dias en la semana para trabajar, y por què quebrantaban el precepto de la Iglelia, que les manda fantificar las Fieftas, y abftenerfe de toda obra fervil, gastando el dia en los Santos exercicios de la piedad Chriftiana? Refpondieron brutalmente, que querian trabajar. Profigiò el Padre fu camino, y bolviendo pocas horas defpues del enfermo, paf

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so por el mismo parage, y hallò reducidos à cenizas los Barcos, y la cafa donde los fabricaban, Los Indios, que havian fido tan poco atentos à fus confejos, cubiertos de confusion, daban mucftras del mas vivo arrepentimiento de fu culpa.

En el mes de Octubre de 1719. fucediò una fcena mucho mas tràgica dentro de la mifma Ciudad de Manila. El Governador, abusando de la aus toridad, que le daba fu empleo, se entregò à todos los exceffos, que podia fugerirle la mas infaciable los codicia. Los Confejeros de Estado, la Nobleza, Comerciantes, eran encarcelados con diferentes pretextos,ò precifados à refugiaarse en las Iglefias: la confternacion se hizo general en la Ciudad, y el remedio, que fe podia efperar de la Corte de Efpaña, tardaria mucho en venir, por la mucha distan, cia. No parò aqui el Governador: efte passo era como el enfayo de fus violencias, y las llevò al mayor exceffo. Haviendo hecho cargar la Artilleria, y mandado à la Guarnicion que tomaffe las Armas, llamò muy temprano à todos los Superiores de las Cafas Religiofas, y los hizo prender : lo mismo executò con el Dean de la Cathedral, los principa les Canonigos, y muchos otros Eclefiafticos. En fin, mandò prender al Arzobispo, y le encerrò en el Castillo, que havia proveido con municiones de boca. guerra, y

los

Al primer rumor de tal habilantèz, falieron los Nobles de fu afylo, y tomaron las Armas: à fu exemplo, los Comerciantes, los Vecinos, Efpañoles, y los Indios fe armaron, y tumultuariamente fe juntaron en las calles. Entre las voces confufas de tanta gente, fe oìa efte clamor general K 2,

Viva

Vivala Fè, muera el Tyrano. Metieronfe muchos Religiofos entre el Pueblo, para impedir las muertes, que en femejante ocafion parecian inevitables: paffaron algunos de ellos à la cafa del Governador, à fuplicarle que fe reportaffe, y tomaffe penfamientos pacificos fueron los Religiofos, feguidos de muchos Ciudadanos, y el hijo del Governador mandò à la Guarnicion, que fe abanzasse, y tirasse sobre ellos pero perfuadidos los Soldados no venian fino a pedir la libertad de fu Arzobispo, y de los muchos Religiofos, y Eclefiafticos, que contra toda razon estaban prefos, no fe movieron de fu puefto. El Comandante hizo pegar fuego à dos piczas de Artilleria, pero el Artillero las apuntò de manera, que no podian hacer daño. Al mismo tiempo entrò en fu Palacio toda la multitud. Diò orden el Governador à fus Guardias, que hicieffen fuego fobre ellos; pero la mifma confideracion, que havia detenido à los Soldados, hizo que las Guardias dexaffen las Armas. Acercòfe entonces un Religiofo al Governador, y con el mayor refpeto le reprefentò las defdichas en que fe precipitaba: pero el Governador, lexos de rendirfe à fus suplicas, fe hizo mas furiofo. Retiraos de aqui, Padre, le dixo, y al inftante difparò una piftola fobre un Ciudadano , que cftaba cerca del Religiofo, y le hiriò en la mano. Efte, fintiendofe herido, y viendo que venia contra èl el Governador fable en mano, le rompiò el brazo derecho de un fufilazo: al mismo tiempo otro le diò un golpe de fable fobre la cabeza, y le hizo caer como muerto. Su hijo, levantando tambien el fable contra otro vecino, recibió un fuflazo, que paffandole el co

razen,

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