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tuviera fundada fobre una fee pura, y orthodoxa, no podriamos darles baftantes elogios, ni à Dios baftantes gracias de haver fu Providencia confervado tales fucceffores de los antiguos Solitarios de la Thebayda ; pero eftos fagrados afylos de la virtud, regados con las lagrimas, y teñidos con la fangre de tantos, y tan generofos Martyres de la penitencia, estàn ahora habitados de hombres infectos del Monothelifmo, y Monophyfifmo, que han envejecido en una craffa ignorancia, y ciega obftinacion de fus errores. Prevenidos contra los Catholicos, dàn en todo genero de fuperfticiones, ufando de maleficios, y pretendiendo prefervar de las enfermedades, encantar las ferpientes, y hacer otras mil extravagancias.

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Tales fon los fucceffores de aquellos Aftros luminofos, que en otro tiempo alumbraban la Thebayda, y el Mundo todo. Ha echado el Señor tierra fus Altares vivos, cuyo Incienfo le era por ,, tan agradable : ha herido con fu maldicion aquellas felices moradas, adonde de todas partes ,, acudian, para aprender la ciencia de la fantidad. Triftes efectos del Cifma! He tenido varias conferencias con el Superior del Monafterio, llamado Synnodio, quien, propriamente hablando, no es mas que Vicario del Convento; porque no folo el de San Antonio, mas tambien el de San Pablo, tienen un Superior General, que vive en Bouche, lugar que eftà al Poniente del Nilo, y cuida de abastecer à los dos Conventos de trigo, lentejas, cebollas, aceyte de linaza, y de alegria, de incienfo, y cera, y de otras tales provifiones neceffarias.

Se llamaba Marcos el Superior General, y es

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taba en pleyto con fu Patriarca quando yo estuve en el Cayro, donde hace el Patriarca fu refidencia. Litigaban fobre una cantidad de ocho, ò diez mil efcudos, que decian que Marcos havia juntado, y guardaba apretadamente; el Patriarca lo tenia à mal, y queria que le dieffe cuenta del dinero. Bolviendo à Synnodio, llegué à conocer que tenia mas capacidad que ciencia, bien que à fu parecer era fabio. Para no enconarle el animo, me contentaba con hacerle algunas preguntas, como para averiguar las dudas que tenia fobre fus opiniones erroneas, y cifmaticas; pero èl, fin efcuchar razon, folamente penfaba en decir injurias contra la Iglefia Latina, y gustaba mucho mas de que le hablaffe de Aftrologia, y de la transmutacion de los metales, que eran la unica materia de fus eftudios. Conoci que por entonces debia laftimarme de fu ceguedad, y encaprichamiento, y no emprender fu curacion.

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Se mostrò mucho mas docil, quando le pedimos que nos dexaffe vèr la torre cerrada por lo comun à todos los Eftrangeros. Mediante algunos regalillos de buoneria le perfuadimos à que nos llevaffe à ella. Nueftro animo era vèr, y examinar los Manufcritos, y encontramos folos tres cofres llenos de ellos, no haviendofe podido librar más del robo del Monafterio, hecho en diferentes tiempos. Empezamos à hojearlos, y por la mayor parte contenian folamente Oraciones, y Homilias en lengua Coptica, y Arabiga. El Abate Affemanni encontrò folos tres, ò quatro dignos del Vaticano, y los comprò del Superior fin que lo fupiessen los Monjes, que fin duda se huvieran opuef

to, bien que los Libros eran para ellos del todo inutiles, y de ningun ufo.

Haviendo vifitado defpacio el Monasterio de San Antonio, propufimos al Padre Synnodio, que nos acompañaffe al Convento de San Pablo. Y nos aconfejò que no emprendieffemos tal viage, porqué fin remedio caeriamos en manos de los Arabes, llamados Abaldes, que infestan las riberas del Mar Roxo. Explicònos quienes eran, y de donde, diciendonos, que eran oriundos de la comarca de Affaouan, y de la Nubia, y enemigos jurados de los otros Arabes, llamados Beniouafel, que viven en las orillas del Nilo àzia el Cayro: que confrequencia venian à las manos, y que no havia mucho que los Abaldes havian muerto un gran numero de los otros. Le refpondì que mi curiofidad de co+ noćer por mì mifmo las producciones, dimensiones, y movimiento del Mar Roxo, era muy fuperior al miedo de los Arabes, y que por otra parte poniamos en Dios toda nueftra confianza.

Cediò à nueftras inftancias, y cargando fobre los Camellos las provifiones neceffarias, nos pufimos en camino el dia 29. de Mayo, à las cinco de la tarde. Tirabamos al Norte por la llanura de Araba, teniendo à la derecha el Monté Colzim y à la izquierda el de Askar, diftantes el uno del otro como diez y ocho millas , y del Mar Roxo como unas treinta. La llanada eftà cortada por infinitos torrentes fecos en el Verano, y rodeados de muchas Colinas, que por lo comun fon minerales de almagre de diferentes colores, amarillo, roxo, verde, y pardo.

Caminando cerca del Monte Colzim, vimos en

la

la falda unas cavernas, y pedrufcos grandes defprendidos, y difperfos por el fuelo y nos dixo el Padre Synnodio, que aquellos grandes trozos de piedra havian fido facados de tres canteras de marmol, que havia en Cilicia, y que la una era de marmol negro, la otra de amarillo, y la tercera de roxo. En el mifino monte fe hallan otras dos cante-. ras, la una de marmol amarillo, y la otra de marmol granito, el mas eftimado, y bufcado de todos ,y los marmoles.Efta ultima cantera eftà cerca del Valle lamado Tyne, ò de la Higuera, porque abunda mucho en higos, y le baña una fuente de agua dulce, adonde fin ceffar acuden à beber las cabras montefes, gamos, tygres, y abeftruces.

Profiguiendo nueftro viage por la llanura Araba, ò del Carro, quife faber el origen de efta palabra, y me dixeron, que eftando el Pais poblado de muchos Santos Hermitaños, paffaban fin ceffar carros cargados de todo genero de provifiones, que embiaban los Chriftianos Egypcios à fus hermanos, que vivian pobremente en el defierto, y que por effo fe llamaba la llanura de los Carros. Ay tambien que notar, que los Reyes Pharaones, Perfas, Griegos, fucceffores de Alexandro , y los Romanos defpues de la conquista de Egypto, facaron de las Montañas de la Thebayda grandes cantidades de hermofos marmoles, de que habla Ptolomeo, y los hacian acarrear por la llanura Araba, para levantar los fobervios monumentos, que oy dia vemos, y no ceffamos de admirar. Esta sola razon bata para dàr à la llanura el nombre que tiene.

Caminamos à la luz de la Luna hafta las dos.

de

de la mañana, y cerca de un torrente feco hicimos alto, para tomar algun repofo. Eftabamos enfrente del Monte Aquabe, que fignifica fubida afpera', y penofa, como en efecto lo es. Los que caminan à pie atravieffan efte camino, para llegar en menos de diez horas defde el Monafterio de San Antonio al de San Pablo ; pero yendo à cavallo fon menester quince, por los grandes rodeos, que es preciso tomar para buscar paffo por la garganta del

Monte Colzim.

Es muy de admirar, que no haviendo mas de una legua corta de un Monafterio al otro, fea precifo andar quince; pero à quien conocieffe fu fituacion, no parecerà eftraño; porque el uno eftà al pie del Monte Colzim, y al Poniente, y el otro al otro lado à Levante, no mediando entre los dos fi no una roca ; pero inaccessible por escaipada, y de una altura affombrofa, que fe vè de muy lexos, como ávisando al caminante del rodeo grande, que ha de tomar para ir defde un Monafterio al otro. Si San Geronymo, que nos dexò la relacion del canfancio, que tomò San Antonio para vifitar à San Pablo, huviera fido como yo, teftigo ocular de eftos parages, nos huviera dicho fin duda, por què caminò San Antonio dos dias enteros para llegar à la gruta de San Pablo, no haviendo entre la morada del uno, y del otro mas que lo grueffo de una

roca.

Profeguimos el viage cofteando fiempre el Monte Colzim, hafta que los conductores nos hicieron atraveffar por un camino, cuya baxada, y fubida por uno, y otro lado es bastante comoda. Llegando à lo mas alto del monte, nos paramos un

poco

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