Revista nacional de letras y ciencias, Volumen2

Portada
Justo Sierra, Francisco Sosa, Manuel Guitérrez Nájera, Jesús E. Valenzuela
Oficina tip. de la Secretaría de fomento, 1889
 

Páginas seleccionadas

Otras ediciones - Ver todas

Términos y frases comunes

Pasajes populares

Página 232 - Por ti el silencio de la selva umbrosa, por ti la esquividad y apartamiento del solitario monte me agradaba; por ti la verde hierba, el fresco viento, el blanco lirio y colorada rosa y dulce primavera deseaba.
Página 562 - HISTORIA VERDADERA DE LA CONQUISTA DE LA NUEVA ESPAÑA.
Página 391 - ¡Yo solo me basto!", grita. En pos de él se precipita, y tierra y cielos asorda, lanzada a escape la horda tras el audaz desafío, con la pujanza de un río que anchuroso se desborda. Y allá van, todos unidos, y él los azuza y provoca golpeándose la boca, con salvajes alaridos. Danle caza, y confundidos, todos el cuerpo inclinado sobre el arzón del recado, temen que el triunfo les roben, Cuando, volviéndose, el joven Echa al tropel su tostado...
Página 393 - Ah ! ¡ si es mi voz impotente para arrojar, con vosotros, nuestra lanza y nuestros potros por el vasto continente; si jamás independiente veo el suelo en que he cantado, no me entierren en sagrado donde una cruz me recuerde: entiérrenme en campo verde donde me pise el ganado...
Página 228 - Viene de España por el mar salobre a nuestro mexicano domicilio un hombre tosco sin algún auxilio, de salud falto y de dinero pobre. Y luego que caudal y ánimo cobre, le aplican en su bárbaro concilio, otros como él, de César y Virgilio las dos coronas de laurel y robre.
Página 393 - Ya Buenos Aires, que encierra, Como las nubes, el rayo. El Veinticinco de Mayo Clamó de súbito: ¡guerra! ¡Hijos del llano y la sierra, Pueblo Argentino! ¿qué haremos? ¿Menos valientes seremos . Que los que libres se aclaman? ¡De Buenos Aires nos llaman, A Buenos Aires volemos!
Página 236 - De la famosa México el asiento, origen y grandeza de edificios, caballos, calles, trato, cumplimiento, letras, virtudes, variedad de oficios, regalos, ocasiones de contento, primavera inmortal y sus indicios, gobierno ilustre, religión y estado, todo en este discurso está cifrado.
Página 392 - El sol ya la hermosa frente abatía, y, silencioso, su abanico luminoso desplegaba en occidente, cuando un grito de repente llenó el campo, y al clamor cesó la lucha, en honor de un solo nombre bendito, que aquel grito era este grito: "¡Santos Vega el payador!" Mudos, ante él se volvieron, y, ya la rienda sujeta, en derredor del poeta un vasto círculo hicieron. Todos el alma pusieron en los atentos oídos, porque los labios queridos de Santos Vega cantaban y en su guitarra zumbaban estos vibrantes...
Página 539 - Un rebaño de fieras que va huyendo; No hay en su rostro inmóvil Ni siquiera un reflejo Del espíritu extraño y concentrado Que, al parecer, lo anima desde lejos; Se advierte en su mirada Un constante recelo, Y una impasible languidez que tiene Algo de triste, mucho de siniestro. Son esbeltas sus formas, Duros sus movimientos,' La tez cobriza, el pómulo saliente, Negros los ojos, como el odio negros.
Página 388 - En pos del alba azulada, ya por los campos rutila del sol la grande, tranquila y victoriosa mirada. Sobre la curva lomada que asalta el cardo bravio, y allá en el bajo sombrío donde el arroyo serpea, de cada hierba gotea la viva luz del rocío.

Información bibliográfica