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mas crueles enemigos. Mi retirada parecia confirmar los delitos que me imputaban, y los Bramenes huvieran triumphado de ella. En fin, confideraba, que fi una vez falia de Maraba, me ferìa muy dificultofo bolver à entrar, y que quedandome alli, podria aun en la Carcel deftruìr facilmente las calumnias , que publicaban los Bramenes contra nueftra fanta Religion. Dichofo yo, fi tomando el partido, que me parecia el mas prudente, huviera Dios. juzgadome digno de padecer, y morir por tan fanta caufa ; y afsi, haviendo hecho llevar à los Lugares vecinos los principales adornos de la Iglefia, guardè folamente un recado para decir Miffa el dia figuiente, en cafo que no falieffe verdadera la noticia. Como havian amenazado. à mis. Catequistas con. los mas crueles tormentos, los exortè à que fe retiraffen; pero fe dieron ofendidos de la propor puefta, y me refpondieron, que fufririan todos los tormentos del mundo,antes que abandonarme.Confeffaronse, pues, y comulgaron, para prepararfe al combate , y otros, dos Chriftianos, figuieron fu exemplo.

Llegò el dia, y no fe echo de vèr movimiento alguno, por lo qual, como cien Neophytos, difperfos por la noticia de la perfecucion, fe bolvieron à la Iglefia.. Comencè yo mismo à dudar de la verdad del avifo; y afsi me puse à confeffar à los Neophytos, y luego dixe Miffa, en la qual me ofremuy de veras en facrificio, pidiendo al Señor,que fe dignaffe confervar esta nueva Iglesia, levantada à honra fuya en medio de la Gentilidad. Llamè defpues à veinte y cinco Catecumenos, que fe difponian, algun tiempo havia, à recibir el Bautif

mos

mo; y haviendoles hecho una Platica, los pufe en manos de los Carequistas, para que continuaffen à prepararlos, entretanto que yo rezaba mi Oficio. Apenas havia abierto el Breviario, quando aparecieron en el patio de la Iglefia un Bramen, un Capitan, y una Tropa de Soldados, que venian, fegun decian ellos, , para llevarme à Palacio, donde el Principe queria hablarme:me fuè de mucho gufto la noticia, con la efperanza de poder infpirar al Principe sentimientos favorables à la Religion,fi llegaba à hablarle. Les pedì licencia para rezar algunas oraciones antes de partir, y para adminif trar el Sacramento del Bautismo à algunos de mis Difcipulos. No tratamos ahora de effo, me refpondieron fecamente, y al mifmo tiempo mandaron à los Soldados, que entraffen en mi pobre choza. Efperaban hallar en ella cofas muy preciofas, y no fuè pequeña fu admiracion, al vèr que no havia alli mas que unos defdichados muebles.

Solemos llevar los Ornamentos del Altar en unos cestillos affeados, hechos en forma de cofre, y cubiertos con una piel de gamo, ò de tygre. Lo cogì al instante, y declarè à los embiados del Principe, que dexando en fus manos todo lo demàs, no fufriria que alguno tocaffe à los muebles, que fervian al Sacrificio, que ofrecia yo todos los dias à Dios vivo que aun los Catequiftas no podian tomarlos en la mano, y que fe guardaffen bien de tocarlos, fino querian experimentar la maldicion, que les echaria al inftante en el Nombre de Dios verdadero, à quien estaban los muebles particularmente confagrados.

Se atemorizaron al oìr eftas palabras, que pro-
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feri

,

ferì con intrepidèz, porque nada temen tanto los Indios como la maldicion de los Gouroux, ò Doctores Efpirituales: Sea en hora buena, me refpondieron, pero moftradnos effe Pugeipetti: efto es, effe cofre del Sacrificio, y dexadnos vèr lo que hay en èl encerrado, para que podamos dàr quenta al Principe. Abrì el cofre, y les moftrè cada pieza, una defpues de otra, fin que fe avivaffe fu codicia: la Cafulla, y el Frontal del Altar eran de una feda muy comun de la China: el Caliz, y el Copon pudieran haverlos tentado, porque fu copa era de plata dorada, y lo demàs de cobre dorado; pero por refpeto los tuve cubiertos, y no les moftrè mas que la parte inferior del pie, que no estaba dorada, de manera, que no les parecieron cofa apreciable, Havian los Chriftianos tenido cuidado de facar de la Iglefia una hermofifsima Imagen de Nueftra Señora, y algunos Ornamentos de poco valor.

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En fin, tomaron los Soldados las pocas provi fones de arroz, y legumbres, los pucheros, y otros utenfilios, que hallaron en mi Cabaña. Se Hlevaron tambien dos cargas de arroz, que un fervorofo Chriftiano havia puefto à la puerta de la Iglefia, para que fueffen diftribuìdas à los pobres, y hecho efto, me mandaron feguir. Euì à la Iglefia, donde poftrandome en tierra, quedè por algun tiempo en oracion, fin que me interrumpieffen. Animè defpues à perfeverar en la Fè à los Christianos, los quales fe deshacian en lagrimas, y avisè à los Catecumenos, que fi el Señor me hacia la gracia

de que derramaffe toda mi fangre en defensa de la Religion, fe fueffen à buscar al Mifsionero de Aour, quien les adminiftraria el fanto. Bautifino, Me paf

mo

mò el refpeto con que mé trataron los Miniftros del Principe, y fus Soldados, estando ellos tan acoftumbrados à tratar con la mayor indignidad à los que llevan à la Carcel.

Apenas anduvimos algunos paffos, quando yendo à tomar el camino de la Capital, como me lo havian notificado, me lo eftorvaron, moftrando el orden, que tenian de ponerme en una Carcel à una legua de la Iglefia. Era la misma, adonde el Venerable Padre Brito, cuya muerte gloriofa es muy fabida, havia fido llevado como veinte y cinco años hà. Su memoria me llenò de gozo, efperando la mifma fortuna. Entretanto, como quifieffen encerrarmé en un Templo de Idolos hecho de ladrillo, y bastante capaz, les dixe, que primero me harìan pedazos, que hacerme entrar en èl: y que fi me arrastraban allà por fuerza, echaria por tierra todos fus Idolos. Eftas palabras los hicieron mudar de intento y me pufieron en una choza muy humeda, cubierta de paja, y rodeada de una grande trinchera. Luego pufieron grillos à mis dos Catequiftas, y llamaron à mas de -dofcientos Soldados para guardarnos, recelando que los Christianos nos pondrian en libertad. Me prefentè à los. Soldados, para que , para que tambien me pufieffen grillos; y para obligarlos à que lo hicieffen, les dixe, que fiendo el Gefe, y Maeftro, fe me debia efta honra, antes que à los Catequiftas. Me refpondieron,. que tenian orden de no poner en mì fus manos..

El dia figuiente previnieron muchos haces de tamarindos , que fe doblan como el minibre; pero eftando fembrados de nudos, caufan mucho mas dolor. Llevaron à los dos Catequistas à la Plaza.

publica: los dexaron defnudos, con folo un lienzo que les cubria la cintura: y defpues, diciendoles mil baldones, por haver abrazado una Ley nueva, defcargaron dos Soldados grandes golpes fobre el mas anciano de los dos, que acababa de falir de una larga, y peligrofa enfermedad. El vigor de su efpiritu fupliò la flaqueza de fu cuerpo: y con una conftancia invencible, padeciò efte tormento, pronunciando en alta voz los Sagrados Nombres de Jefus, y Maria. Y quanto mas los Idolatras, que havian acudido en gran numero à efte espetaculo, le daban voces, para que invocaffe el nombre de fu Dios Chiven, tanto mas levantaba la fuya para invocar à Jefu-Chrifto. Canfandofe los verdugos fobre efta victima, entraron otros dos en fu lugar, y trataron con la mifma crueldad al fegundo Catequista, cuya firmeza, y paciencia no fueron menos admirables.

Defpues de efta primera inhumanidad, los aplicaron à un tormento muy dolorofo. Los verdugos les pufieron entre los dedos de las dos manos unos pedazos de madera efcabrofos, y defiguales, y luego apretaron fuertemente los dedos con cordeles : para que el dolor fueffe todavia mas vivo, los obligaron à poner las manos apretadas entre sì baxo de la planta de fus pies, y los berdugos con los fuyos los pifaban con toda fu fuerza. Intentaban con efte tormento obligar à mis Catequistas à defcubrir donde havia yo efcondido mis foñadas riquezas. Oìa defde mi prision la voz de los generofos pacientes, y dexo à la confideracion de V. R. el fervor con que pedirìa yo à Dios, que dieffe à fus fiervos la fuerza, y conf

tan

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