Imágenes de páginas
PDF
EPUB

cudo, hube de perecer víctima de su perfidia . . . Un dia--fué esto en los tiempos de la revolucion, cuando Liniers, con un cuerpo de tropas marchaba sobre las provincias del sur, un hombre cubierto de polvo y pálido de fatiga y de terror entró de repente en mi casa y vino á caer á mis piés.

I Salvadme-exclamó- El virey con todos los suyos ha sido hecho prisionero en su marcha, y se halla en poder de los insurjentes que no lo perdonarán. Yo soy el tesorero de la expedicion: logré fugar á favor de las tinieblas, pero me siguen de cerca, y muy luego llegarán aquí para reclamarme.

Poseo una inmensa fortuna que tengo depositada en Potosí. Este documento lo acredita, tomadlo, haceos dueño de ella, y libradme del patibulo que me espera.

Apenas tuve tiempo de rechazar el papel en que aquel hombre me ofrecía su fortuna, cuando la casa fué cercada por un destacamento, cuyo jefe me pidió la entrega del prisionero. Di en lugar suyo una carta en la que ofrecía por él mi garantía á la Junta Gubernativa de Buenos Aires.

Aquella misma noche, dándole un pasaporte y un guia seguro lo hice huir al Perú.

Vé en paz con tu fortuna usurpada-le dije al despedirle y acuérdate que quien te ha dado hoy la vida es el hijo de aquel á quien tú se la quitaste con tu infame banca-rota.

Aquel hombre era el asesino de mi padre: la fortuna

que me ofrecia por precio de su vil existencia era la fortuna que le habia robado.

He aquí una ante otra, tu vida y la mia: caminos antipodas, sembrados, el uno de monumentos, el otro de ruinas. Mira cuanto has destruido tú y cuanto yo he reedificado! La honra de mi padre, la opulencia y la dicha de los mios, y hasta la felicidad y el bienestar de la familia de ese hombre que habia hundido á mi padre en el sepulcro.

Dios ha premiado mis obras, y me ha dado una esposa digna de mi. Daráme hijos y seré completamente feliz.

En cuanto á tí, conjúrote en nombre de lo único bueno que ha quedado en tu alma: la lealtad, que me digas si es posible que el arrepentimiento entre en tu alma. Sino, hoy te daré la libertad porque eres mi huesped; pero mañana iré á buscarte hasta las entrañas de la tierra para entregarte al brazo de la justicia.

Dios es testigo de que no fué el temor sino el arrepentimiento, que las palabras de aquel hombre hicieron nacer en mi corazon, lo que me hizo caer á sus piés, y exclamar golpeando mi pecho:

¡ Pequé! perdon! misericordia!

Imposible seria pintar la espresion de santa alegria con que brilló en ese momento el noble semblante de ese hombre, Alzóme con bondad, me abrazó llamándome

su hermano y me ofreció su amistad.

¡Ah!-dije yo entónces como Cain-tu me has

perdonado en nombre de Dios; pero los otros ?.... Me mirarán con horror!

-Nadie sabrá quien eres-respondió él-tu secreto quedará entre Dios y yo. Gubi Amaya ha muerto, y tu eres Miguel. Todo lo he previsto; ó si nó mira. . . .

Abrió la puerta y me hizo ver el lugar en que nos hallábamos.

Era Gualiama, puesto desierto donde estábamos solos él y yo.

A estas palabras recordé con espanto que aquella terrible historia referida á un estranjero era para mí un secreto que sorprendia traidoramente á favor de un disfraz, secreto que mi padre habia guardado y llevado consigo á la tumba.

Parecióme que iba á oir su voz alzarse de entre las ruinas para acusarme de impiedad.

Tuve miedo y abrazando las rodillas de Miguel esclamé.

-¡ Perdon !

-¿Quién eres?—dijo.

-¿No me conoces ya, Miguel?

-Nó-respondió él estrañamente conmovido con el eco de mi voz, y fijando en mí una ansiosa mirada. -Has olvidado al mas rubio de los niños que tanto amábas?

¡ Mi niña Emma!—esclamó con un gemido profundo. Y arrojándose á mí, alzóme en sus robustos brazos á la altura de su rostro para contemplar el mio.

-Mi niña Emma !-repitió dejándome en tierra. Y reclinando el rostro sobre mi cabeza, lloró amargamente.

Despues, tomándome por los hombros me alejó para mirarme.

-Si-dijo-eres mi niña! Mas porque se han tornado negros tus rubios cabellos? por qué se ha vuelto triste tu risueño semblante?

Hablando así, se sobresaltó de repente, y mirando

en torno:

Y los otros ?—dijo mas que con la voz, con la espresion de su mirada.-Donde están tus hermanos? Yo incliné la cabeza y guardé silencio.

Debió comprenderme; porque alejándose de mí fué á apoyarse en una columna desmoronada cubriéndose la cabeza con los largos pliegues de su poncho.

¡ Lloraba !

En el silencio de la noche llegaban á mí oido de vez en cuando murmullos lúgubres: eran sus sollozos. ¡Ah! él no sabia que de esos niños á quienes amó tanto, los mas felices eran los que yacian en paz !....

El caballo de Miguel pareció inquietarse por la prolongada ausencia de su dueño y lo llamó con fuertes relinchos.

A la voz de este amigo, Miguel alzó lentamente la cabeza; y viniendo hácia mí:

-Mi compañero se impacienta-me dijo-y quiere volver á la Banda.

Este no es el Lobuno-añadió suspirando-pero es bueno, fuerte y corredor cual ninguno. Mira esa estampa sino!

Y me mostraba á lo lejos su magnífico y bien enjaezado corcel de color cebruno oscuro, larga crin y finísimo jarrete. La luna hacia brillar anchas medallas de plata en su freno y su pretal.

-Sin embargo, yo echo de menos al otro, á mi Lobuno! El pobre tuvo menos resistencia que yo. Cuando vió que por la noche en vez de vadear el rio para venir á Sala lo llevaba á batir á los federales, y que á las alegres voces de los niños sucedieron los disparos del fusil y los roncos gritos de aquellos diablos, no pudo ir mas lejos: murió de pena.

Este viene tambien todas las noches; pero no hay quien lo acaricie; y solo oye el grito del buho que llora en lo alto de la torre.

Y mirando al cielo.

Ya es tarde—dijo, cual solia decir en otro tiempo. Las tres Marias y el Crucero se van á ocultar, y no habrás olvidado que es hora de retirarse.

Vámonos á nuestra casa.

Que dulces fueron á mi corazon esas dos últimas palabras! Hacia tanto tiempo que no las habia oido decir ! hacia tanto tiempo que yo no tenia casa, y que el hogar paterno se habia convertido en un monton de cenizas!

De súbito, en lo alto de un monton de escombros, las

[graphic]
« AnteriorContinuar »